Babelia (suplemento librario de El Pais), 18 de noviembre, 2000

El Fenómeno Luther Blissett

Se acaba de publicar en España la novela Q (Mondadori) de Luther Blissett, seudónimo utilizado por cuatro italianos, que se encuadra en una nueva tentativa de subvertir lo establecido, de fabricar otro Robin Hood cuya ubicuidad difusa represente el poder de la comunicación y la inteligencia colectiva frente a todos los derechos de propiedad

Amdor Fernandez-Savater

Grijalbo-Mondadori acaba depublicar en castellano Q, una novela de gran éxito en Italia. Su autor se llama Luther Blissett. Hasta aquí nada de excepcional. Pero el asunto se complica cuando nos enteramos de que Luther Blissett es, al estilo de Ulises, el nombre de todos y de nadie ; y que la novela se inscribe en un proyecto de subversión de la propiedad intelectual y del canon de identidad. Los cuatro italianos autores de Q son solo una rama de un fenomeno más vasto : la adopción por miles de personas de un nombre común para reivindicar acciones politicas, culturales, poéticas, etcétera.

« Mientras no hagamos estética, es decir, mitológicas, las ideas, ningún interés tienen para el *pueblo*, e inversamente : mientras la mitología no sea racional, el filósofo tiene que avergonzarse de ella. Así tienen finalmente que darse la mano ilustrados y no ilustrados ». Hegel, Schelling y Hoelderlin escribieron esta declaración en su *Proyecto más antiguo del idealismo* (1796). Respondían así al dilema que atraviesa siempre los movimientos revolucionarios: ?cómo se puede impulsar a la gente a la acción, una vez admitido que, por sí solo, el conocimiento racional no es suficiente para movilizar una empresa de transformación? El seudónimo colectivo Luther Blissett es la última tentativa de hacer mitológicas las ideas de emancipación. Se trata de fabricar un nuevo « General Ludd », otro Robin Hood cuya ubicuidad difusa represente el poder dela comunicación y la inteligencia colectiva frente a todos los derechos de propiedad.

El origen del nombre multiplo LB es, por supuesto, legendario. ?Fue su creador Ray Johnson, abuelo del Mail Art, Warhol invertido que difundía cultura pop por canales *underground*? ?Se trata de otro invento de Stewart Home, vanidoso promotor del Neoísmo, fenómeno antiartistico caracterizado por la violencia de sus *performances*? ?Fue una prolongación de las primeras prácticas situacionistas de guerrilla cultural? ?O quizá una superación dialéctica de la táctica gramsciana de la « hegemonía » ? En todo caso, el *múltiplo* LB continua la tradición de nombres colectivos, del "anade y pasa" que definió durante los ochenta y noventa campanas contra el arte especializado; y sus desarrollos son tantos como personas lo encarnan.

Podemos distinguir globalmente tres estrategias de intervención dentro del proyecto LB: la "guerra psiquica" contra los medios de comunicación, la convocatoria de una huelga de arte para los años 2000-2001 y la construcción de mitos urbanos. La "guerra psíquica" busca la infiltración en los *medias* de noticias falsas, rumores, material negro que logre corromper desde dentro su dinámica. Podemos citar varios ejemplos aclaratorios, extraidos de *Pánico en las redes. Teoría y práctica de la guerrilla cultural*, una recopilación de acciones protagonizadas por LB publicada recientemente por la editorial Literatura Gris: la fantástica invención de un personaje supuestamente desaparecido que fue rastreado durante días por la versión italiana de *Quien sabe dónde?, la publicación en Mondadori del *Manifiesto de la net-generation*, simple *collage* de las tonterías más grandes que se podían encontrar sobre Internet, bien recubierto de fraseología posmoderna y seudotransgresora ; o la edición de un *falso* Hakim Bey, guru de contracultural de última hora, cuya recepción entusiasta demostró hasta què punto el fetichismo de la firma anula tambièn la autonomía de la reflexión individual en *círculos* pretendidamente criticos.

La huelga de arte 2000-2001 es un desarrollo español de algunas experiencias inglesas. Se trata de abandonar durante dos años los circuitos oficiales del arte y la cultura, de esperimentar prácticas colectivas de intervención en el dominio de lo sensible que no estèn mediadas por el mercado, las galerías, etcétera. Ha sido bautizada como huelga «defectiva » porque no surge tanto de un rechazo frontal del arte come del cansancio y la decepción : hay qye saber prescindir del sueno del arte, porque es incapaz ya - si alguna vez lo fue - de cumplir su promesa de plenitud.

Pero quizá la dimensión más ambiciosa del proyecto LB es la formulación de una nueva mitología, expresamente adaptada al potencial antagonista de un sujeto productivo emergente, el trabajador inmaterial, figura principal del "capitalismo de espiritu" basado en la comunicación y la creatividad. Como dice LB en un texto fundador: "Necesitamos mitos, narrativas que inciten a la intelectualidad de masas a pasar a la acción. Toda fase histórica de la guerra de clases necesita impulsar mitologías, no hay nada de malo en ello. Georges Sorel ha sido calumniado y malentendido durante demasiado tiempo." Pero, ?como se hacen los mitos, y dónde? Para LB se trata de manipular constelaciones culturales desviando sus elementos en un sentido emancipador. Por ejemplo, la cultura de masas. LB cruza sin ningún pudor en sus manifiestos frases de Star Trek, textos de Nietzsche o Juenger, citas de modernas peliculas de gánsteres, etcétera. Así puede entenderse su reivindicación de *Apocalipticos e integrados* de Umberto Eco: la cultura de masas no es sólo un producto de la industria, sino que tambièn contiene desos de vida subterráneos.

Pero el experimento LB no ha logrado trascender los limites de la recuperación. Al menos eso es lo que cree buena parte de la gente que ha traducido el proyecto en prácticas reales. Incluso se apunta que la corrupción estaba ya inscrita en el genotipo de LB: el uso permitido a cualquiera. La identificación entre el fantasma colectivo y los cuatro italianos autores de Q ha dado al traste con el anonimato fundamental de la figura. Los mitos se desgastan. LB no ha sabido morir a tiempo. Y la decisión final de suicidarse (en un ritual escenificado en Internet por la sección italian del proyecto), responde sobre todo a la intención de no estorbar la evolución comercial de Q. ?Como se explica que LB publique una novela en Mondadori cuando ha convocado para este ano una huelga de arte? Como bien saben los antropólogs, los mitos están renidos con la autonomia individual. El mito LB se ha independizado finalmente de sus agentes y ha pasado a gobernarles. El medio se ha convertido en un fin. Todos los que adviertieron sobre los riesgos de la estetización de la politica (desde Heinrich Heine hasta Walter Benjamin) y los peligros del empleo *alternativo* de métodos de propaganda y desinformación (recuérdese el esperimento de Georges Bataille y J. Améry en *Contraataque*) has sido *esencialmente* desoídos. Y la sordera aumenta cada vez que se habla del proyecto LB en ese tono celebratorio y ahistórico tan proprio de los *media* ("transgresión", "originalidad", etcétera). Parece que Robin Hood ha sido finalmente atrapado por el sheriff de Nottingham.

Milenarismo estético

Q, una novela de aventuras escrita colectivamente.

A.F.-S.

Pese a lo que pudieran pensar algunos depistados, Q no es un sofisticado ejercicio vanguardista de experimentación linguística, sino una formidable novela de aventuras. Sin duda, Q es uno de los resultados más brillantes en la fabricación de mitos con sello Luther Blissett. Todos los aspectos que hacen tan atractiva la lucha politica se transmiten con un tono electrizante : disputas teóricas interminables, encuentros insólitos, hermosas empresas sin porvenir, enemigos imbatibles, traiciones sorprendentes, exaltación compartida, viajes clandestinos, etcétera. La narración mítica cumple, port tanto, su función : movilizar los descors de embarcarse en un proyecto de transformación de la faz del mundo.

Q está localizada en Europa durante los 30 primeros años de la Contrarreforma, sacudidos vilolentamente por las grandes sublevaciones campesinas que aspiraban a realizar *inmediatamente* el paraíso en la tierra. Los autores confiesan haber emplazado la novela en esa época porque todo los elementos que constituyen nuestra modernidad estaban de alguna manera ya allí : comunicación de masas, pugnas por la libre difusión de conocimiento, éxodos masivos, capitalismo financiero, etcétera. Incluso el lenguaje reivindicativo de los campesinos revolucionarios mantiene todavía su poder evocador: la consigna de los seguidores de Thomas Muentzer, « !Omnia sunt communia ! (Todo es de todos) », fue reproducida en multitud de lenguas en las pancartas que portaban recientemente los manifestantes contrarios al FMI en Praga.

Escribir en equipo ha permitido a los cuatro italianos bajar las defensas del ego para que aflore el verdadero productor de la historia : las multitudes. Así se explica la proliferación *inaudita* de personajes a lo largo de las páginas de Q, y para devolver la novela a sus « coautores », los cuatro italianos han impuesto a Mondadori la quiebra parcial del copyright. De ese modo, según han afirmado, "se defiende nuestro trabajo y el trabajo del editor, y al mismo tiempo la libertad de los lectores de disfrutar y manipular lo que nosotros escribimos". !Omnia sunt communia!