[Los reseñistas siguen llamándonos “anarquistas”. Es sorprendente... También dicen que la novela... “refleja nuestras tendencias anárquicas” (!?) Muy raro. De todos modos, aunque parezca que “las diferentes historias fueron escritas por autores diferentes, cada uno con estilos muy diferentes”, nada de esto es cierto. Cada historia es el resultado de una tormenta de ideas colectiva con autoría múltiple, cualquier variación en los estilos es una elección deliberada.]



The Daily Yomiuri (Japón), 14 August 2005

Cary in the shade Grupo de novelistas anarquistas publica 54
Jane O'Dwyer / del equipo de redacción del Daily Yomiuri


54
por Wu Ming
William Heinnemann, 640 pp, 16.99 pounds

¿Qué tienen en común un puñado de ex mafiosos neoyorquinos que intentan dar un golpe en el mercado de heroína global, el hombre más elegante del mundo (Cary Grant, trabajando por cuenta del MI6 para convencer al presidente Josip Broz Tito de Yugoslavia que permita hacer una película sobre su régimen en Hollywood), un camarero cuya habilidad para bailar como una estrella de cine le brinda el amor de su vida (que desafortunadamente está casada con un siniestro médico) y un ideólogo políticamente radical de corazón bondadoso? La respuesta, tan insólita y asombrosa como la mayor parte de las historias en 54, es un inútil televisor norteamericano McGuffin en Italia.

54 es un experimento de escritura. Escrita por el colectivo italiano Wu Ming Foundation (que previamente publicó Q bajo el nombre de Luther Blissett con críticas dispares) desafía muchas de las reglas de la novelística convencional, con un resultado heterogéneo.



Los escritores son radicales del ala izquierda anarquista. Se autodenominan Wu Ming 1, Wu Ming 2 y así sucesivamente. En su carrera y producción editorial es habitual que presten los discursos de encuentros políticos y convenciones de escritores. Sin duda existen pocos autores que rechazan la noción de derechos de autor argumentando: "la lectura de libros sólo puede fomentarse facilitando la circulación de los textos, no restringiéndola... Hablando en términos generales, debe advertirse que toda la legislación sobre los derechos de autor es producto de una mentalidad represiva y holigarchic, los políticos se apresuran para defender a estos privilegiados grupos de presión corporativos escamoteando cosas que pertenecen a todos." (Publicado en su sitio Web, www.wumingfoundation.com)



Todos sus libros - incluyendo éste - pueden descargarse gratis de su sitio Web, aunque alientan a los lectores a comprarlos para que Wu Ming pueda seguir escribiendo.



Su escritura refleja sus tendencias anarquistas tanto en la construcción física de la novela como en las historias que relata.



54 es un libro de difícil abordaje, con pequeños capítulos que relatan historias diversas y presentan distintos personajes, sin relación aparente entre sí. La primera sección del libro (tiene tres, incluyendo el "canto" que lo concluye) tiene esta tendencia, el lector debe esforzarse para dilucidar un desconcertante conjunto de personajes y cómo es que pueden ser parte del mismo cuento.



Hacia el final de la primera sección comienzan a aparecer tenues destellos de la relación entre las historias. En la segunda sección, las historias comienzan a rozarse y encajar una con otra. Cary Grant llega a la orilla de una playa después de un encuentro con Tito, para ser salvado por la intervención de Pierre, el camarero bailarín abandonado, que casualmente está buscando a su padre. El viaje a Yugoslavia arroja al joven Pierre en los pegajosos brazos de los mafiosos neoyorkinos, y a continuación en un enredo con la ley y el esposo de su amante.



El concepto de una novela colectiva no es original. Grandes escritores irlandeses colaboraron para producir las entretenidas Night at Finbars Hotel y Ladies Night at Finbars Hotel. En ambas cada uno aportó una historia construida alrededor del ocupante de una habitación diferente, con cierto tema de unidad obviamente acordado de antemano.



Pero 54 tiene un enfoque diferente. Pareciera que las diferentes historias fueron escritas por autores diferentes, cada uno con estilos muy diferentes. El riesgo de tal enfoque es que las historias no siempre concuerdan entre sí. Esto es particularmente problemático al principio del libro. La vertiginosa conmutación de estilos y enfoques puede ser confusa y agotadora para el lector.

De todos modos, y a pesar de todo el barullo y el radicalismo, 54 es una entretenida, cómica y traviesa suspense, aún cuando contenga unas cuantas alegorías políticas en su trasfondo. Cada historia se resuelve independientemente en el canto, y el lector termina el libro con una amable sensación de satisfacción como premio a su perseverancia.