Tentaciones, suplemento de El Pais, viernes 16 de Mayo 2003

LA REVOLUCIÓN NO TIENE CARAS

Nada de fotos. Lo que importa es la historia, no los autores.
Cinco escritores italianos se ocultan bajo una firma: Wu Ming

ANDRÉS PADILLA

Cinco personas escribiendo a la vez la misma novela. Podría ser una locura, pero también puede funcionar. A la "empresa de servicios narrativos" Wu Ming les funciona. Así se define este colectivo de treintañeros italianos que acaba de publicar 54, una historia de aventuras repleta de movimiento, con contrabandistas honrados, conspiraciones de espías y cargas policiales de antidisturbios feroces. También hay héroes anónimos y personajes tan reales como el actor Cary Grant. La novela recorre medio planeta: Hollywood, Yugoslavia, París, Moscú, Sicilia o Marsella. No le falta ninguno de los elementos de un best seller. Tiene amores tórridos pero imposibles, amistades que van más allá del tiempo y complicadas relaciones de familia. La diferencia con el típico superventas americano es que esta vez los buenos son los malos: los pobres, los oprimidos y los idealistas. O sea: el mafioso Lucky Luciano es un vulgar delincuente que tiene poco de romántico, pero los guerrilleros comunistas que se tiraron al monte a pegar tiros por la libertad cuando el resto de Italia hacía el saludo fascista son un ejemplo para todos. Cary Grant fue un actor importante, pero para Wu Ming lo importante es que este hombre, la personificación de la elegancia en el siglo XX, era un proletario de Bristol. Y sólo por eso, explican, pudo ser en verdad elegante. Pero si se pretende cambiar el mundo no basta con escribir este tipo de cosas. Hay que conseguir que la gente las lea y las haga suyas. Wu Ming sabe algo de esto. Cuatro de sus integrantes publicaron en 1999 una novela histórica titulada Q con otra firma colectiva: Luther Blissett. En Italia se han vendido más de 200.000 ejemplares. En España pasan de las 20.000 copias. Son cifras más que respetables acompañadas por la respuesta entusiasta de muchos lectores que han seguido insuflándole vida a la historia más allá del libro. En las redes cibernéticas del movimiento global anticapitalista se multiplican los seudónimos como Gert del Pozo o João Miquez. Son los nombres de los héroes de Q, una historia sobre los cristianos protestantes más subversivos del siglo XVI, gente que cogía el dinero de los ricos para dárselo a los pobres. Para los autores, "es muy satisfactorio ver que la gente lleva las historias más allá". "Ya hay juegos de rol en torno a Q que permiten que el relato se recree continuamente de manera colectiva", cuentan.
El objetivo que persigue Wu Ming tiene un nombre difícil: mitopoesis. La idea de fondo, dicen, es "dar vida a mitos". Hay mundos mitológicos creados recientemente, como la Tierra Media o la lejana galaxia de los Jedis. Cada uno tiene su ética propia. Según su talante, cada persona se involucra en uno o en otro. Wu Ming quiere crear mundos que sirvan de amparo y estímulo a quienes quieren cambiar el sistema. Las ideas abstractas como justicia o igualdad tienen más fuerza dentro de un cuento. Wu Ming 1, por ejemplo, es un gran admirador de Star Trek, la saga futurista de la nave Enterpise, tripulada por un equipo multicultural y ecologista con una actitud que puede etiquetarse de pacífica sin ser ingenua.
Pero uno no puede quedarse escribiendo en su torre de marfil si quiere que las cosas cambien. Los integrantes de Wu Ming son, además, activistas en la ciudad italiana de Bolonia. Y han participado en algunas de las citas más importantes de la antiglobalización, lo que ellos llaman "el movimiento de movimientos". Han dejado testimonio de sus análisis y opiniones en Esta revolución no tiene rostro, una recopilación de artículos y cuentos escritos en grupo o de manera individual. Hay desde recuerdos para Carlo Guiliani, el chaval que murió por los disparos de un carabiniere el 20 de julio de 2001 durante la Cumbre del G-8 en Génova, hasta reflexiones sobre el estilo y la elegancia.
Participar y reflexionar sobre la lucha política es importante, pero suele decirse que las revoluciones es mejor empezarlas por uno mismo. Los libros de Wu Ming se publican con la siguiente advertencia: "Se permite la libre reproducción de este texto por cualquier medio siempre y cuando su circulación sea sin ánimo de lucro y esta nota se mantenga". O sea: puedes fotocopiarte el libro entero si quieres, o bajártelo gratis desde su sitio web (www.wumingfoundation.com), ellos te han cedido el derecho. Pero si pretendes enriquecerte, tendrás que pagar. La experiencia vivida con Q, que se publicó con la misma licencia y fue un éxito de ventas, les demostró que esta forma de actuar no te lleva a la ruina, como pensarían los escépticos. "Los lectores que se bajan la novela de Internet y disfrutan con ella, luego la regalan", cuentan los autores. "Y por supuesto, no vienen a tu casa con una montaña de papel tamaño DIN A4, sino que compran un libro bien encuadernado en un formato manejable. Los hay que la regalan varias veces y también están los que empiezan leyéndola en pantalla y deciden que es un libro que merece la pena conservar". La licencia que utiliza Wu Ming forma parte de un movimiento conocido como copyleft. Hay diferentes tipos de licencias según las necesidades. Unas permiten copiar la creación cultural, ya sea un libro o un disco. Otras te ceden incluso la posibilidad de modificar el producto. Esto último quizá no tenga mucho sentido en el caso de un libro, pero es de lo más útil cuando se habla, por ejemplo, de música hip-hop o de ordenadores. En esos ámbitos, los creadores necesitan utilizar el trabajo de los demás para ampliarlo, mejorarlo o adaptarlo a sus gustos o necesidades. Por supuesto, explican, "quien utiliza un producto con copyleft para modificarlo luego no puede publicar el resultado con un copyright normal. Está obligado legalmente a respetar las condiciones previas". El copyleft es una licencia a prueba de listillos "que te permite
compartir el conocimiento y la información conservándola siempre accesible a todos". Éstas son las propuestas de Wu Ming. ¿Hay alguien que se anime a seguir su camino con, por ejemplo, videojuegos subversivos?


ANTES DE SER 'ANÓNIMOS'


Antes de convertirse en Wu Ming -una expresión china (en la imagen, el ideograma) que quiere decir "sin nombre" o "anónimo"- los integrantes de este colectivo llevaron a cabo todo tipo de actividades de "guerrilla comunicativa" firmando con otro nombre que cualquiera puede utilizar Luther Blissett. Destaca la broma que sufrió la versión italiana del programa televisivo ¿Quién sabe dónde? Luther Blisett los tuvo viajando por media Italia en busca de un personaje inexistente.
También llevaron a cabo campañas de criminalización y han visto libros retenidos por los tribunales de su país. Infórmate en www.lutherblissett. net

54. Mondadori. 544 páginas. 19 euros.
Esta revolución no tiene rostro. Acuarela. 253 páginas. 10 euros.
www.wuming54.com
www.wumingfoundation.com

Wu Ming te gustará si te gusta: cambiar el mundo, salir a la calle a manifestarte, leer novelas de aventuras.
Un libro subversivo: recomiendan La luna es una cruel amante, de Robert A. Heinlein.
Un problema les preocupa especialmente: "el recalentamiento del planeta".
Una solución: "el hidrógeno combustible"


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